Slow Down, Segunda parte
Como lo prometido es deuda, aquí vuelvo a contaros qué es el movimiento slow. Que ya introduje en la primera parte del post.
Pues bien, este movimiento nació en Itialia como protesta ante la apertura de un establecimiento de comida rápida en la plaza de España en Roma, donde se promovía la comida tradicional, y el comer tranquilamente y disfrutando. Este concepto extendido al resto de ámbitos de la vida forma el "slow down".
Creo que después, de la primera parte, muchos pensásteis, ¡tú lo que eres es un vago!, pero no, la filosofía que pretendía transmitir es la de trabajar para vivir y no vivir para trabajar. No la de hacer el vago. Es sólo disminuir el ritmo, controlar el tiempo y no dejar que el tiempo nos controle. A menudo tenemos más obligaciones que tiempo para cumplirlas, y eso nos hace aplazar lo que realmente queremos. Esa no es la solución, hay que disfrutar a diario de esos pequeños momentos y placeres y no dejarlos pasar, creyendo que los tendrás más tarde, porque ese "más tarde" nunca llega.
Demasiado tiempo hace que no muero de la risa.Por eso, aunque todo nos incite a correr, aunque nos quieran vender el éxito como hacer más cosas y no como hacerlas bien, frenar. No acaparéis más obligaciones de las que podéis cumplir. Hacer el camino andando y difrutándolo y no corriendo.
Yo mientras seguiré disfrutando de las cosas sencillas mas que con ninguna otra, conociendo a las personas, escuchando música, llenando mis pulmones con humo de sativa, riéndome, saboreando la comida, pensando y conociéndome, cantando y tocando aunque lo haga fatal, y con otras cosas que no se cuentan...
Las mejores comidas en un minuto no se guisan, frenemos pues, no hace falta ir tan deprisa.






4 comentarios :
Vivimos en una sociedad que apenas nos deja respirar, un ritmo frenético que nos ahoga cada vez más, por lo menos a mí. Incluso me pasa a menudo que a la hora de dormir me late tan aprisa el corazón que hasta me asusto y no puedo dormir, de no vivir tranquilamente y pensar que al día siguiente hay que hacer esto y lo otro. Lo reconozco: muchas veces se me olvida disfrutar de lo que tengo, intento acaparar tanto que al final no paladeo cada cosa que hago. De hecho cuando mantengo una larga conversación, me despido, y me doy la vuelta, siento un bienestar que pocas cosas me proporcionan.
Buen post. Arriba el Slow Down :)
que filosofo de la vida
genial...lo mejor de la vida es pararse a disfrutarla...
Me han encantado estas dos entradas, yo también estoy muy de acuerdo con esta filosofía. Aunque no supiera que alguien le había puesto nombre, siempre me ha gustado hacer las cosas lentamente, regocijándome en ellas. También prefiero hacer las cosas bien y lentamente, que rápido y mal.
Soy de los que prefieren ganar menos dinero teniendo más tiempo libre que al revés (que es lo que hoy impera). Por ejemplo, ¿acaso merece la pena ganar más dinero para comprar comida precocinada, que tener tiempo para disfrutar haciéndola?
El otro día leí un artículo en el Ideal sobre las "vacaciones" que se toman los japoneses en España, en las que visitan dos ciudades por día, continuamente aborregados en un autobús y comprando souvenirs. ¿De qué sirve ver tanto en tan poco tiempo si no lo disfrutas realmente?
¡Un saludo, os agrego al lector de feeds y a los enlaces del blog!
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